Con esta obra Celima Bernal se une a los mágicos cuenteros recreando un mundo ancestral donde están Yunkagwa y Lionés en lucha contra la avaricia, convertidos por Olofi en guayacán y dagame, los árboles sagrados;el indomable Baya Kan, el sabio; Okuko Dúdo, la niña sin sueños, porque según Inle “no hay hierba para traer el sueño, cuando el sueño se va de la última mano que nos acarició.” Y también la fiel Leyowe y el amor por su Ifa a quien Oddúa le negó unirse durante años. El libro reúne 18 leyendas que, como deja claro la autora, no son auténticos patakines ni ipitás, pero, a mi juicio, enriquecen el microcosmos fabular, y da particular relevancia al sustrato de su mundo imaginativo.